A propósito de un caso real:
«Niña de 11 años que acude a consulta por traumatismo en el hombro tras caída. Estuvo durante 2-3 semanas con cabestrillo. Al mes de la caída acude a nuestro centro. Limitación en la elevación y apertura del hombro, 80 grados, dolor de 7-10 a la palpación, mano inflamada y hormigueo. Tras realizarle un amplio repertorio de preguntas para conocer su historia clínica y realizarle varias pruebas, llegamos a la conclusión de que en la caída hubo un atrapamiento nervioso y vascular en el espacio costo-clavicular y pectoral menor».
«Realizamos trabajo de descompresión de estos espacios, movilidad pasiva y activo asistida del hombro. En la segunda sesión la movilidad se amplió a 120 grados de flexión y abducción y el dolor disminuyó a 3 sobre 10. En la tercera sesión la amplitud articular estaba recuperada al 100% y el dolor había desaparecido por completo. A partir de aquí realizamos trabajo para estabilizar la articulación del hombro y recuperar fuerza muscular.»
El objetivo por el cual expongo este caso es para concienciar a la población de que EL MOVIMIENTO ES SALUD y no siempre hay que inmovilizar una parte del cuerpo para que ésta mejore.
